miércoles, 30 de septiembre de 2009

Loopoesia en Comradio





Ayer veinte minutos antes del show en la Francesca Bonnemaison me entrevistaron mientras Neill se dedicaba a hacer milagros con el sonido de la biblioteca. Estaba algo nervioso, pero creo que para quien aun se pregunte qué hacemos la charla con Franc puede aportar respuestas.

http://blocs.lamalla.cat/bloc/extraradi/post/la_loopoesia_no_te_secrets_per_en_franc

domingo, 27 de septiembre de 2009

Vine a fer un café amb Loopoesia





Este martes volvemos a la carga con un show, como siempre,especial. En este caso actuamos en la sala de actos de la Biblioteca Francesca Bonnemaison; sus características de aula universitaria nos han incitado a regalar al público la posibilidad de preguntar lo que deseen una vez concluya el show. Esperamos ávidos vuestras cuestiones.


El ingreso es gratuito y los datos son los siguientes

Vine a fer un café amb Loopoesia
Martes 29 de septiembre, 19 horas
Biblioteca Francesca Bonnemaison
C/ Sant Pere més Baix 7

domingo, 20 de septiembre de 2009

¿Qué pequeño ciclomotor de manillar cromado en el fondo del patio? en Literaturas.com




¿Qué pequeño ciclomotor de manillar cromado en el fondo del patio?


Georges Perec [traducción: Marisol Arbués y Hermes Salceda (con la colaboración de Mercé Burruel)]


Alpha Decay, 2009


Jordi Corominas i Julián
Georges Perec, ¿Qué pequeño ciclomotor de manillar cromado en el fondo del patio?


Ya debe saber el lector avezado en la lectura del gran Georges Perec que sus novelas no son estructuras donde se cuenta simplemente una historia. El estilo lo es todo, el recurso y las figuras retóricas pueden invadirnos sin remisión. Por eso escribo extraño, porque el ilustre autor me ha contagiado parte de su fuerza y me cuesta dilucidar si escribo un texto crítico o uno las palabras al son del viento, que es caprichoso, pero yo soy metódico, así que intentaré controlar el flujo narrativo y centrarme. ¡Alto las máquinas!

¿Cómo? Sí, lo repito, no me importa. ¿De qué hablas? A veces da la sensación que Perec quisiera simular que el texto le dominaba. Sucedía al revés. El libro, una de las pocas novelas inéditas del francés en lengua castellana, cuenta un instante decisivo en la vida del joven Karakortada. Estamos en los primeros sesenta y los jóvenes galos mueren en Argelia. Kafarnaun vive enamorado de una damisela y quiere retozar con ella en prados sin cañones ni árabes decididos a finiquitar el colonialismo. Para evitar ser reclutado habla con su compañero de penurias militares, el recluta Henri Pollak, nacido en Montparnasse, barrio donde vuelve cada tarde en su ciclomotor de manillar cromado para divertirse con sus amigos intelectuales, medio existencialistas, medio estúpidos, mequetrefes metomentodo. El gran consejo se reúne y, sopesando pros y contras, opta por romper el brazo de Kariatide. El problema es cómo hacerlo sin que los galenos se den cuenta y sancionen al pobre Kararara con medidas militares contra el escapismo. La solución definitiva derivará en absurdidades lógicas e hilarantes circunstancias que podríamos contar, aunque no lo haremos porque todo es importante en la trama, eso siendo conscientes que quien la escribió le dio escasa relevancia.

Perec, fiel a su estilo de centrarse en el estilo, traza una novela que puede leerse desde dos vertientes. ¿Cuál es la primera? La normalidad de cualquier narración. Introducción, nudo y desenlace. ¿Y la segunda? La experimentación literaria desde las premisas de Oulipo, donde la elaboración textual se convierte en un endiablado juego lingüístico apto para todos los públicos, pues la lectura no se ve entorpecida por el mismo, simplemente avanza hacia otros caminos que algunos verán como egolatría literaria y otros considerarán una delicia basada en la virtud de los recursos retóricos que nos brinda la tradición, siempre lista para aceptar los retos impuestos por el afán innovador de quienes osan transgredir los cánones. Metonimia, parémbola, políptote, hipérbaton, aparte, cataléctico y aspiradora. Muchas formas de dar la vuelta de tuerca a la vuelta de tuerca, caprichos pensados que hoy en día constituyen una rareza necesaria en el limitado panorama de la primera década del siglo, con su tinta de bestseller y la creación de falsos mitos metaliterarios que el paso de los años parece hundir por hastío colectivo hacia esos autores y esas experiencias tan de moda durante un tiempo finito, hombres que desde su soberbia quizá aprenderían mucho de sus antepasados de los sesenta, empeñados en forzar la clavija hasta la explosión definitiva.

En este sentido conviene loar la labor de Alpha Decay, editorial empeñada en publicar textos interesantes que se apartan de la línea convencional que sigue la mayoría. Quizá no serán obras leídas por el gran público; su objetivo es otro y se centra en el amor a la literatura desde un planteamiento que desde la rabiosa novedad, la apuesta por nuevos talentos, no renuncia a lo clásico con clase, factor observable en su reciente catálogo, plagado de buenos nombres mezclados con propuestas anómalas por arriesgadas, un poco como ¿Qué pequeño ciclomotor de manillar cromado en el fondo del patio?, librito que sin vender a lo Stieg Larsson satisfará los paladares más exigentes del amplio y variopinto universo lector.

sábado, 19 de septiembre de 2009

Looproject




Ayer actuamos en LA PAPA y fue genial, conocimos a mucha gente nueva y eso nos encantó. Pese al calor sobrevivimos y por eso hoy podemos ofreceros un magnífico cartel para nuestro primer festival de música experimental y poesía.


Contaremos con los siguientes grupos


1.- El hermano de Jordi Corominas i Julián:improvisación poética con acompañamiento musical de Neill Higgins

2.- Desde Mallorca the 9th beat (happy season

3.- Los sorprendentes injertos de Harold&Blum

4.- Loopoesia



Os esperamos en Inusual Project a partir de las 21 h 30 minutos. Calle de la Paloma número 5, Rawalistan. La entrada son 4 euros....por 4 grupos.



Loopoesia es amor

viernes, 18 de septiembre de 2009

Entrevista a Clara Usón en Literaturas.com


Clara Usón
«Tanto vendes, tanto vales. Hay que saber venderse. Somos un producto. Nos hemos mercantilizado y hasta el arte se ha contaminado»

Jordi Corominas i Julián


Acudo a una conocida cafetería literaria barcelonesa para hablar con Clara Usón, reciente ganadora del Premio Biblioteca Breve 2009 con su novela Corazon de Napalm. Publicada en Seix Barral, la obra narra dos historias diferenciadas en el tiempo. Fede vive la agitación de los ochenta y respira Sid Vicious por todos poros, mientras Marta es una pintora treintañera del dos mil con ansías de enamorarse y encontrar su oportunidad de dar el salto definitivo al estrellato.

Tanta madera me marea. Cruzo el estrecho pasillo, oigo el tintineo de mil tazas de té y diviso a mi víctima, que no es tal, pues desde antes de llegar al lugar pactado conocía todo lo bueno de Clara Usón, algo que confirman las palabras que siguen y, señores, su voz, maravillosa y natural como su propietaria.

Los ochenta y la estructura


Jordi Corominas i Julián: Uno de los temas fundamentales del libro radica en su arco cronológico; en los últimos tiempos son muchos los escritores españoles que han decidido tratar en su obra la década de los 70 y la de los 80...¿Es una cuestión generacional?

Clara Usón: Me he dado cuenta, es pura coincidencia, nunca pensé que esa época fuera a ponerse de moda. No sé si es algo generacional; ha pasado tiempo. Ya estoy en la edad en que miro atrás, y analizas las cosas con distancia. Antes veía todo demasiado cercano y faltaba perspectiva.

JC: En la rueda de prensa del Premio Biblioteca Breve hablaste de mostrar la movida, la generación de los ochenta que sacudió España. ¿No crees que esa movida ya estaba en decadencia en Barcelona?

CU: Hacía más ruido la movida madrileña, pero la barcelonesa no estaba de capa caída. Los cinco primeros años de la década fueron muy intensos, y el segundo lustro decayó por los efectos de ese fase inicial: drogas, SIDA, etc...

JC: Entre las cualidades de Corazón de Napalm destacaría su estructura narrativa y el acierto de fusión de ambas historias. ¿Cómo lo pensaste?

CU: La historia que deseaba contar era la del niño, aunque luego la otra surgió, es secundaria para mi, pero ocupa el mismo espacio; la que me interesaba era el dramón familiar, ese Edipo de nuestro tiempo, con héroes, heroínas, catarsis, catástrofes. La vivencia de Fede fue el origen. Un niño marcado por la desestructuración familiar, la frase sería que la familia le jode la vida, uno de los lemas que resumen Corazón de Napalm. La familia también determinara en cierto sentido la vida de Marta.

JC: La base era Fede...

CU: Sí, pensé cómo contarla y decidí hacerlo en dos tiempos. Uno es el inicio de todo, los ochenta, y el otro es la época contemporánea. La primera la contaría a través de Fede en tercera persona, porque en primera persona era imposible, por honestidad. No soy un niño. La gran complicación fue que la voz del niño fuera creíble y no la de un travesti de una mujer madura en la mente de un niño, lo que puede suceder. Desde el punto de vista del niño, su voz en primera persona, me limitaba mucho más; era útil usar una tercera persona focalizada, así podía hacer observaciones que un chaval no puede efectuar. Y luego, llegó la idea y me centré en el desenlace, que no podía saberse hasta mucho tiempo más tarde del inicio del relato. Inventé a Marta, que es el testigo.

JC: La madrastra y la madre de Fede tienen cuerpo de personajes de cuento.

CU: Sí, Natalia es mala y mezquina, de cuento de niños, además hay muchas Natalias en el mundo. Un niño punki en Santander. En los ochenta todo el mundo veía los yonkis como el demonio, y Carmen, la madre de Fede, es una heroína. Para Fede Santander es una ciudad de tinieblas, horrible, y Barcelona es la libertad.

JC: La heroína que toma heroína

CU: Sí. (risas)

JC: ¿En principio querías contar la historia al estar enmarcada en los ochenta o eso era irrelevante?

CU: Más que contar los ochenta, quería contar esa historia. Sí, fue la época que viví, el momento en que la tragedia narrada podía tener lugar. Cuando se me ocurrió el personaje de Marta, el testigo, pensé en usar los recursos de la tragedia griega o del folletín, el juego de identidades. Pienso mucho las estructuras, mi anterior novela ( Perseguidas) eran tres historias entrelazadas de tres hermanas; pensé que no quería contar todo desde el presente sino también desde el futuro y ver cómo esa tragedia afectaba al niño. ¿Cómo podemos verlo? A través de un testigo, a lo Henry James. Decidí que fuera pintora y por eso salen tantas referencias al arte contemporáneo. Yo lo seguía como Marta, con mucho escándalo y fascinación, sin saber si era una tomadura de pelo....metí esta subtrama para atenuar el dramatismo, es una parte más suave, aunque acaba contagiándose de la otra historia.

JC: Hay una estrecha relación entre ambas partes; en el primer capítulo Fede está en la playa con todas las bragas de su madre...

CU: Sí, y esa tenía que ser la primera escena, lo tenia en mente desde hace años. Un niño en una playa rodeado de bragas.

JC: Y se puede relacionar con el inicio de Marta en el MACBA. Hay paralelismos. Fede exhibe algo que no es suyo pero que lo es al poseerlo, mientras Marta asiste a una exposición de cuadros creados por ella pero que no llevan su firma.

CU: Sí, y los textos son de extensión similar. Hay paralelismos. A diferencia de Henry James, donde el testigo lo ve todo pero no queda alterado por lo que sucede, quería que Marta se contaminase del otro relato; ella termina acarreando la culpa del otro, se quita remordimientos y luego, cuando ambas historias convergen, crea nuevas dudas. Quería que el testigo quedase afectado por el drama.

JC: Es curioso el tratamiento, lo decíamos al principio de la entrevista, que los escritores españoles dan a los setenta. Isaac Rosa trata los setenta desde el compromiso, la lucha después de Franco. Los setenta parecen la cara y los ochenta la cruz de la nueva España.

CU: Y hace bien. En los ochenta la juventud no tenía que soportar la carga histórica ni liderar el país, podía hacer lo que le diera la gana. Colocarse y ser jóvenes para siempre. Luego ves que aquellos amigos con pelo verde e imperdible se han vuelto calvos, pagan hipotecas, tiene tres hijos y mandan en la nación. También hay los punkis desfasados, anclados en el tiempo.
Hay un revival de los ochenta que se produce simultáneamente. Se rescata la moda, la música, y no sé si es que han pasado los treinta años legales y ya se puede hacer balance.

JC: Además la gente de mi generación (Ndlr: nacida entre 1979 y 1985) siempre pensamos que los ochenta eran muy kitsch.

CU: Es que lo era. Íbamos con hombreras, era todo feo, espantoso.

JC: Marta tampoco se identifica con ninguna época.

CU: Es de Valladolid, es hija única, en los ochenta es una niña y no se enteró muy bien de la movida barcelonesa o madrileña. Es una mujer de hoy en día.

JC: En la primera parte del relato de Fede, pese a ser un niño situado en los márgenes de la sociedad, las partes humorísticas son hilarantes y logras rebajar la tensión. El cambio hacia el desastre es rápido y brusco, bestial en sus tres últimos capítulos.

CU: Es un poco como el resumen de los ochenta. Una gran fiesta que cuando terminó dejó muchos cadáveres que aplacaron y anularon la risa.

FEDE Y MARTA

JC: Tanto Fede como Marta, aunque por circunstancias diametralmente opuestas, tienen muchas inseguridades.

CU: Todos las tenemos, vamos con una fachada que en la novela puedes mostrar.

JC: Y es curioso resaltar cómo Fede también las tiene desde su educación televisiva, piensa en base a referencias audiovisuales.

CU: Hago realismo, pero el realismo de ahora tiene que ser ágil, más visual, mucho más gráfico. Es un niño cuya cultura y referencias son la tele, si fuera un adolescente de ahora tendría los videojuegos o internet. Sus referencias son el cine, el cómic, Sid Vicious, los Sex Pistols...

JC: Pero la influencia televisiva, sobretodo de series, se pone de relieve por ciertas reacciones de Fede: miedo a ser observado, disfrazarse de mujer para pasar desapercibido, temer a la policía.... hasta delinque por imitación.

CU: Por imitación y generosidad al querer salvar a su madre; a diferencia de Marta no tiene ejemplos familiares y eso conlleva amoralidad absoluta. Por su generosidad acaba extralimitándose y crea un verdadero escándalo. El infierno estaba cargado de buenas intenciones, Fede es mejor persona que Marta, sin embargo ella por prudencia no hace nada malo.

JC: Marta, como contrapunto, tiene características típicas de la generación joven: falsa seguridad, mil dudas....

CU: Vivir es jugar, jugar es elegir y elegir es tomar decisiones, y a ella le gustaría no tener ningún tipo de responsabilidad. Quería que ambos personajes fueran opuestos, y esto en realidad los asemeja. Fede unos padres pasotas, Marta unos progenitores con valores cristianos. Los polos opuestos se atraen. Marta, pese no creer en Dios, tiene presenta la idea del pecado, el arrepentimiento.

JC: El inconsciente cristiano que todos tenemos...

CU: Se habla poco de ello, pero seguimos acarreando la moral cristiana, aunque no creamos en Dios. Los nazis quisieron cambiarla pero, y es más que comprensible, fracasaron, fue desastroso. Los valores son los de siempre, las ONGS son transposiciones, curas sin religión. ¿ Si Dios ha muerto porque seguimos aplicando los baremos de la iglesia, su concepción del bien y del mal?

JC: En la novela se enfrentan generaciones, que luego se juntan. Fede es la música, Marta es la pintura, ambas historias convergen en la tuya, que es la literatura. ¿Lo pensaste?

CU: En los setenta era una niña. Había más canción protesta, todo era más cumbayá. Bajo Franco aún había un complejo de inferioridad en relación respecto al resto de Occidente; en cambio, en los ochenta ya nos sentíamos a la par con los ingleses y nuestras referencias eran extranjeras, queríamos ser modernos, pero como teníamos un retraso histórico todo llegaba más tarde, como Sid Vicious, como las películas (Ndlr: un ejemplo clásico es La dolce vita, film de 1960 que se estrenó en España a lo largo de 1981), para nosotros todo eso era el boom cuando, como sucedió con el punk, ellos empezaban a hartarse. Como Fede, al que advierten que en Londres el punk ya no está de moda.

JC: ¿Y Marta y la pintura?

CU: He seguido muy de cerca el fenómeno del British Art, de Saatchi, me parece muy interesante como han aplicado criterios de marketing y publicidad al arte, que en cierto sentido es el símbolo de lo que ha ocurrido con nuestra sociedad, donde todo se ha mercantilizado salvajemente; ahora mismo como escritora mi mayor preocupación es el número de libros vendidos, algo impensable cuando di mis primeros pasos. Tanto vendes, tanto vales. Hay que saber venderse. Somos un producto. Nos hemos mercantilizado y hasta el arte se ha contaminado. Hace poco entrevisté a Saatchi y me dijo que el mensaje es el precio. Así de claro.

JC: Y Marta al principio tiene una visión romántico del hecho artístico.

CU: Romántica y al mismo tiempo envidiosilla. Sabe que más arriba hay dinero, y ella no tiene un duro.

JC: Y se siente frustrada por no poder ingresar en ese nivel superior.

CU: Esa contradicción la tenemos todos. Cuando pienso en los best-sellers pienso, que horror, venden muchísimo, pero quizá me gustaría tener esa posición y forrarme. Es la lucha entre arte y dinero.

JC: Hace poco, en un dominical se explicaban los trucos para crear un éxito de ventas. Capítulos cortos, mucho diálogo, un punto de ruptura cada dos páginas. 150 guiones en 500 páginas.

CU: No creo que haya fórmulas, o sale o no sale. Hay escritores intelectuales que prueban a crear un éxito de gran calibre y como se parodian caen en su propia trampa y no lo creen.

PERSONAJES DE PRECRISIS/ PERSONAJES DE LA CRISIS


JC: ¿Cuándo acabaste de escribir la novela?

CU: ¿Por qué?

JC: Porque Marta parece un personaje de antes de la crisis, un tipo de personaje que será útil catalogar en el futuro, tendremos personajes del 2000 precrisis y de la crisis.

CU: Es verdad. La historia termina en febrero de 2007. Ahora Marta estaría en pleno desencanto. Del éxito pasaría al batacazo, viviría de lo que hubiese ganado y planteándose el pasado. Cuando empiezan a irle bien las cosas la tortilla estará a punto de girarse. Desde su inseguridad cree en la alegría de poder dar el pelotazo cuando suene la flauta.

JC: Y es el reverso de Juan, ajeno a crisis, pues quiere estabilidad.

CU: Juan quiere perdonarse a sí mismo, por eso quiere la estabilidad y una familia. No tiene ambiciones, quiere ayudar a los niños. Es un hombre que ha madurado prematuramente por las circunstancias de la existencia, perdió pronto la inocencia.

BARCELONA Y LA EVOLUCIÓN DE LOS PERSONAJES


JC: Antes de la convergencia de relatos el único nexo es Barcelona.

CU: Wiliam Faulkner hizo un libro, Las palmeras salvajes, con dos historias que no tenían nada que ver, hasta el final. Aún así creo que la novela ha de tener una unidad; cuento una sola historia, la de Fede, su pasado y su futuro.

JC: Hace un mes entrevisté a Carmen de Mairena a la búsqueda de rescatar su pasado. Recorrí todo el barrio chino. Cuando describes el momento en que Fede llega al Raval da la sensación que disfrutabas escribiendo ese fragmento de la novela.

CU: Sí, que disfruté, mucho. La casa del camello tenía que ser siniestra, aunque al final cuando Fede sube la siente más cálida que la suya. En los ochenta el Raval no estaba de moda, era el chino, donde la gente iba a pillar hachís y en el bar pitiriti y el camello era hermafrodita (risas).

JC: Me gusta que reivindiques el chino, transformado en mito por el Ayuntamiento de Barcelona para promocionar el invento del Raval.

CU: El Raval que describo ya no existe, lo rescato tal como lo viví, un barrio mucho más sórdido, no estaba arreglado como ahora para los turistas ni de los de aquí.

JC: ¿Hay una crítica sutil de la Barcelona contemporánea a partir de los edificios que aparecen en la novela?

CU: Sí, puede ser. La Barcelona super cool, la Barcelona que vende marca y que, eso es lo peor, la quiere vender a sus propios ciudadanos. El local de la Barceloneta que aparece en la novela es como una pausa dentro del marasmo. Ese local existió, el último mohicano. Están rehabilitando la Barceloneta y la falsearán para el turismo.

JC: La aparición del Raval en la novela marca la constatación del juego de contrastes entre lo alto y lo bajo.

CU: Sí, me gusta jugar con los contrastes y supongo que lo dices por Santander, ciudad de señoritos, versus Barcelona, Sarriá, zona alta, versus Raval, suburbio y miseria.

JC: Fede tiene una vida más proyectada al exterior por intensidad.

CU: Es un niño y le da menos vueltas a las cosas.

JC: Pero se nota en el ritmo narrativo una búsqueda intencionada. En Marta predomina la introspección.

CU: Hay más reflexión en Marta. Un niño de 13 años no hace tantos discursos internos sobre lo que ve o lo que hace, piensa y actúa. Hasta el lenguaje es distinto. Fede usa jerga, Marta, integrada en una sociedad menos transgresora, habla de manera muy correcta.

JC: Los episodios de Marta transcurren casi siempre en casas, estudios, museos, lugares cerrados, mientras Fede, salvo cuando está en casa de su madre, pasa la mayor parte de tiempo en la calle.

CU: No había caído en ello, pero sí.

JC: Lo que implica más carga mental en Marta.

CU: Sí, es más introspectiva, tiene más años y se come mucho la cabeza, mientras Fede da un vistazo, se hace cargo de la situación y decide actuar, es más impetuoso.

JC: Siendo él mismo sin serlo, por Sid Vicious...

CU: Y como has dicho las series, él se imagina en una película.

JC: En cambio Marta es Marta aunque quiera ser otra....bueno, en realidad le gustaría ser ella.

CU: Sí, se da la paradoja. Conozco una persona que, como sucede en la novela, fue la negra de un pintor muy conocido. Fuimos a una exposición y le dije: “estarás contenta, vamos a ver tus cuadros”. Ella decía no, no son míos, porque no tienen mi firma. Lo tenía muy claro, y daba mucho juego para pensar en el tema de la autoría y el doble.

JC: Debe ser algo muy frustrante lo de Marta. Tiene 35 años, se siente buena pintora...

CU: Se cree buena. No sé si lo es. Todos creemos en lo que hacemos. Es una buena copista. Cuando inventa cuadros en broma tiene éxito, y con lo que se toma en serio pasa desapercibida.

JC: Sin resolución, sin convergencia de historias, nos quedaríamos como una Marta “retrato de la mujer contemporánea”, una chica que no se enamora y lo sabe pero lo desea.

CU: Sí, la lucha del estatus y la supervivencia, pensar que el tío no está mal y tiene una buena nómina (risas). Cada vez que haces una elección te estás sacrificando; el personaje de Marta evoluciona a partir de su encuentro con Juan y deja de ser tan maniquea. Tanto a ella como a Fede les cambia la vida en distintos tiempos, catarsis decisivas.

JC: Hablando de catarsis, límites y estructuras, me da la sensación que puedes arriesgar más en tu narrativa. En Corazón de Napalm das una vuelta de tuerca a la vuelta de tuerca y logras que la parte plana del relato cobre de repente un ritmo vertiginoso.

CU: Pensé mucho la novela y la estructura. Me daba miedo que las dos historias estuvieran alejadas demasiado tiempo, me imponía respeto que el lector se impacientara, pero acabé uniéndolas y fue un verdadero reto.

JC: Seguimos charlando un rato más de proyectos, historias, Barcelonas y libros. 49 minutos después de mi ingreso abandono la cafetería atento a no tocar ningún botón fatal que estropee el trabajo. Dos besos, calle, metro y lo que acaban de leer.

miércoles, 16 de septiembre de 2009

Looproject, fotos exclusivas "El hermano de Jordi Corominas i Julián"






Actuará el sábado a partir de las 21h 30 dentro del Looproject que celebramos en Inusual Project, calle de la Paloma número 5, 4 euros 4 grupos.

martes, 15 de septiembre de 2009

19 de septiembre en Looproject, el hermano de Jordi Corominas i Julián



Como organizador junto a Neill Higgins de Looproject tenemos que comunicaros una novedad. Contamos con the 9th beat (happy season9, Harold&Blum y Loopoesia para cerrar,pero introducimos un cambio en la apertura.

Azufre Cósmico no podrá intervenir por motivos personales, por lo que hemos optado por llamar a una persona muy especial. Tendremos el honor de presentaros al hermano de Jordi Corominas i Julián. Nunca os he hablado de él porque se fue hace siglos a Escocia y pasa de Internet y las nuevas tecnologias. Sin embargo entendió nuestro apremio y asistirá como poeta invitado, inventado e improvisado al primer Looproject.


El hermano de Jordi Corominas i Julián se fue de casa porque viste más raro que un perro anaranjado con ribetes violetas. Sus zapatos con calcetines, el bañador hortera, la andrajosa camiseta, sus gafas sesenteras y el bastón de patriarca, en honor a las nocheviejas, configuran su atuendo, si bien lo que nos interesa son sus versos. Improvisará durante media hora siguiendo músicas experimentales. Ardo en deseos de verlo.


Así el orden del Looproject queda como sigue


Looproject

Inusual Project C/ de la Paloma 5

21h 30 sábado 19 de septiembre 4 euros 4 grupos

1.- El hermano de Jordi Corominas i Julián (música experimental+ poesia improvisada)

2.- The 9thbeat (happy season)

3.- Harold&Blum

4.- Loopoesia

lunes, 14 de septiembre de 2009

Un artículo olvidado que ahora se publica: Fellini i la Via Veneto en Descord


D’artificis i realitats: Fellini i la Via Veneto a La Dolce Vita by Jordi Corominas i Julián

Un cop acabada la Segona Guerra Mundial Cinecittà era un simple camp de refugiats que no feia preveure el boom dels anys següents. La impossibilitat d’emprar els estudis de filmació inaugurats per Benito Mussolini l’any 1937 fou una de les causes directes, si bé no la més decisiva, del naixement d’allò que es donà a conèixer com a neorrealisme, cinema d’homes per homes que entre les seves principals característiques destacà pel rodatge en exteriors amb la intenció de reflectir de manera concreta la Itàlia de després del conflicte, amb els seus carrers miserables i la lògica ruïna de l’any zero de tota una Nació.

El pas dels anys, els diners americans, la victòria de la Democràcia Cristiana l’any 1948 i l’esgotament del model inicial feren que el filó neorrealista s’esgotés més aviat del que molts pensen. L’any 1951 Luchino Visconti decretà la seva fi amb Bellíssima, film on s’organitza a Cinecittà un castings a no professionals per a que fossin els protagonistes de les pel·lícules. Aquest fet implicava la desnaturalització d’una altra de les premisses bàsiques del moviment: l´ús d’actors no professionals.

Després de l’any 1951 es succeïren els epígons del neorrealisme, del que destacaríem una gamma immensa de cinema popular amb figures com Risi o Monicelli, i el cinema italià mantingué els mestres ( De Sica, Visconti, Rossellini) al temps que sorgia una nova generació que conferí al setè art transalpí el pas cap a la modernitat fílmica.

Entre d’ells hauríem de destacar els noms de Michelangelo Antonioni i Federico Fellini; ens interessa parlar d’aquest darrer per com trencà amb l’anterior etapa no només a partir del seu llenguatge audiovisual i dels temes tractats, sinó que ho feu a partir d’altres elements relacionats amb la construcció de l’espai.

L’exemple més clar, no pas català, el trobem amb La Dolce Vita. Fellini no havia rebutjat el rodatge en exteriors, però en el seu film símbol es va trobar amb problemes com a conseqüència dels llocs de rodatge escollits. Un d’ells era la Via Veneto, centre neuràlgic de la vida mundana d’intel·lectuals, famosos, famoses i personalitats estrangeres de visita a la Urbs.

Durant els primers dies de rodatge Fellini intentà rodar en exteriors per diverses qüestions. La Via Veneto és una llarga pendent que sorgeix del tritó de Barberini i arribà fins a Villa Borghese. Les primeres escenes es rodaren de nit, trobant-se tot l’equip de rodatge amb la impossibilitat de fer bé la seva feina per la gran afluència de públic congregat per veure Mastroianni i companyia. Fou aleshores quan Federico Fellini decidí que per aconseguir el que volia calia reconstruir íntegrament la Via Veneto a Cinecittà; parlà amb el seu gran atrezzista, Piero Gherardi, i aquest l’edificà fil per randa. La única diferència consistí en que la Via Veneto de la Hollywood sul Tevere era plana. Calia que Fellini, quelcom no gaire difícil perquè en aquell moment es trobava en un veritable estat de gràcia que es perllongaria durant bastants anys, resolgués aquest petit problema de visió i ho féu mitjançant la ubicació, un joc de nens quan has fet una mica de cine, de la camera de manera que el carrer donés sensació inclinada o de descens depenent del que volgués filmar.

D’aquesta manera Fellini, qui des d’aquell moment rodà la major part de les seves obres al mític estudi cinc de Cinecittà, conjugà les diferències entre realitat i artifici sense que el públic notes cap diferència entre ambdues. Amb el pas dels anys Fellini es barroquitzà, i de fet molts espectadors sense molt cinema a la sang el recorden així, i mostrà sense vergonyes l’artifici en primer pla, com al Casanova (1976) on l’aigua, paper rugós de color blau movent-se al compàs d’un ventilador gegant, no era precisament el líquid element.

Sense aquestes anècdotes si que cauria Roma. Byron errava.


artículo escrito en marzo de 2007, publicado en septiembre de este año. Cuando sea viejo explicaré uan anécdota surrealista sobre este texto...o su creación.


descord.com

Barcelona Victoriana en Bcn Week


Barcelona victoriana: pudor legislatiu by Jean Martin du Bruit

Les lleis les proposen els que tenen diners, i resulta que molts d’ells són víctimes de les seves contradiccions. La Rambla és cada cop més, i tornem al doble sentit, un reducte orwellià. L’autor anglès que immortalitzà amb Homenatge a Catalunya els fets de maig a la popular artèria també hi és representat per la nova moda barcelonina: control ciutadà. Ara resulta que el gremi d’hostalers considera impúdic i perjudicial veure desfilar manades de turistes en biquini. No els hi agrada, consideren que la imatge de marca de la ciutat surt malmesa. No toquin el parc temàtic! Són les conseqüències de centrar guanys en el turisme, vendre una imatge i creure que tot és dominable. És l’estiu fa calor, cacaolat la sensació. La gran majoria de visitants es senten frescs després d’un bany i volen perllongar el seu benestar mentre passegen. Alguns comerciants es mostren cofois per poder observar precioses nòrdiques amb poca roba. Jo també.

El debat és absurd. Cada dia veiem com el senyor del tatuatge al cul fa la seva ruta ramblera despullat. I no és l’únic. Quan Espanya guanyà l’Eurocopa vaig compartir una nit amb un home nu que no escandalitzava, era part del paisatge. Quin és el problema? Hi ha solució?

Mogut des del cor diria que el més senzill seria deixar de presumir de progressisme i treure’s la màscara si el poder vol endurir les ja de per si absurdes lleis cíviques que ens regeixen. Sent racional parlaria en primer lloc d’hipocresia i en segon lloc d’espai i usos topogràfics. Hipocresia basada en una dicotomia entre públic i privat. És possible, no ho afirmo, que els que critiquen als turistes oblidin que s’enriqueixen gràcies als generosos dinerets que deixen a casa nostra, com també és possible que la seva amnèsia s’aprofundeixi quan s’apaguen les llums i actuen com volen a les seves llars. Cuando el río suena agua lleva, i molts són els rumors de la dissipada existència dels que s’omplen les butxaques en un tres i no res. No els podem sancionar?

El líquid element no s’omplirà de sang. Els comerciants de la zona són més lúcids i parlen de la llibertat del carrer, on tothom pot fer el que vulgui mentre no ofengui als demés. I que jo sàpiga, anar lleugeret contra la canícula no és cap pecat, només faltaria que un ajuntament socialista i d’esquerdes multés a la gent per ensenyar carn. Medievalitats i farses postmodernes. El carrer és una cosa inviolable. La propietat privada té altres normes i usos, per això els comerciants volen imposar mesures destinades a mantenir la decència a les seves terrasses i exigir la samarreta com a premissa per menjar i beure. Ningú els hi pot dir res de res, doncs és lícit que a casa seva imposin hàbits des del respecte.

No hi ha escàndol, però si reflexió sobre com convertim el lloc on vivim. Sembla com si a mesura que avança el segle l’ésser humà és vegi transportat a un nou món d’estructures delimitades, fronteres mentals i físiques bastant incomprensibles. Els bitllets de metro ens desitgen que gaudim del trajecte quan a l’andana sentim una veu feixista que ens exigeix no fumar, no suïcidar-nos i no fer res dolent segons el seu demencial criteri. Amb la roba passa el mateix. El crit amarg de Jordi Clos, president dels hostalers, té una vessant hipòcrita que amenaça altres llums amb el desig d’establir quadrícules on desenvolupar activitats amb un uniforme predeterminat. A la platja banyador, a la ciutat pantalons. No ens salvaran els trists superhereus de Bcn. Em donareu una bossa per vomitar si en tinc ganes? Em multareu? Civisme i sinceritat, si us plau.

domingo, 13 de septiembre de 2009

Loopoesia presenta Looproject, sábado 19 de septiembre


Se trata de nuestro primer festival experimental de música y poesia que ampliaremos durante la noche de Halloween en La cova de les cultures. Sin embargo el primero se presenta apasionante. Estos son sus datos


Lugar: Inusual Project, Calle de la Paloma 5, Barcelona

Hora:
21 h 30- 03:00

Fecha:
Sábado 19 de septiembre de 2009

Precio:
4 grupos 4 euros


Contaremos con los siguientes grupos


1) Desde Cádiz, Madrid y Barcelona: Azufre cósmico, Performance poética de Carmen Moreno y Jordi Corominas con proyecciones de Zoe Riudavets


2) Desde Mallorca the 9th beat( happy season): www.myspace.com/9thbeat

3) Los sorprendentes injertos de Harold&Blum: haroldyblum.wordpress.com


4) Loopoesia 3.0: http://www.youtube.com/watch?v=N5yzANLjEMw

viernes, 11 de septiembre de 2009

Los hechos y la noche: El crimen de Carmen Broto ( IV)




A lo largo de este especial hemos conocido personajes, espacios y hasta hemos visto cómo son en la actualidad. El aluvión de datos resultaría inocuo sin una precisa narración de los hechos acaecidos en las primeras horas del martes 11 de enero de 1949. Trasladémonos al interior del bar Alaska. De la panorámica de esa noche cualquiera de finales de 1948 pasamos a un plano medio. Vemos a Carmen Broto hablando con un joven atractivo y muy caradura. Es Jesús Navarro hijo. Se conocen desde hace unos meses. Una nota del camarero nos desvela su relación. Son amantes, amigos hermanados en sexo y alcohol, porque la chica, aragonesa afincada en Barcelona desde 1940, es más lista que el hambre y se ha amancebado con un importante empresario teatral que le brinda todos los caprichos habidos y por haber. Jesús no pretende casarse, tiene novia y sólo quiere pasárselo en grande mientras, casi inconscientemente, recaba valiosa información que compartirá con su amigo de infancia Joaquín Viñas, amargado con su trabajo en una panadería de la calle Mallorca, y su padre, experto espadista, rey de cajas de caudales y candados a prueba de bombas.

Lo que el buscavidas cuenta a sus futuros cómplices es simple. Carmen es la querida de Martínez Penas, dueño del Tívoli que vive en la Calle Aribau 139, la catedral de la leche, edificio de mantenidas y crímenes sonados. Tiene mucho dinero y podemos acceder a su domicilio con la ayuda de quien ya sabéis. El padre se relame, Viñas sueña durante un leve instante en lujos bizantinos y la inoperancia del dolce far niente. Navarro hijo suspira e imagina una existencia más tranquila sin necesidad de hacer chapas para mantener su trajín habitual. Los tres hombres acuerdan actuar el lunes 10 de enero de 1949. Los periódicos mencionan la victoria dominical del Barça contra el Madrid. El plan es sencillo. A la una de la madrugada Jesús pasará por casa de Carmen para buscarla e ir de copeo. El padre esperara en el Bar Mingot de Travessera de Gràcia. En vano. Esa jornada no fue propicia porque la víctima estaba cansada. Pospusieron la operación hasta la siguiente madrugada y dejaron que el lunes volara con su ritmo monótono hasta que el crepúsculo accionó el marasmo. Pasean y vean señores. Antes de acomodarse les ruego visiten el restaurante. Son las nueve y media. Carmen Broto, Martínez Penas y Sylvia de Bettini cenan en el Parellada de la Diagonal. Los criminales ingieren alimentos en casa con el presentimiento de no volver a verla, comen deprisa y salen a la calle. Jesús Padre al bar, Jesús hijo con su novia al cine. ¡Qué casualidad! Acuden al Capitol de la Rambla para visionar Alma en Suplicio, la misma película que contemplan Broto, Penas y Bettini en el Metropol de Roger de Llúria. No elucubren demasiado. En la Barcelona de aquellos tiempos el lunes era jornada de estreno y el público aprovechaba las escasas diversiones de la penuria. Al salir del celuloide ambos grupos convergen en el centro urbano. La extraña pareja se despide de Sylvia de Bettini en el Ritz. Navarro queda con Viñas en el Bar Núria y se dirigen a la búsqueda de su presa, quien llega a su portal de Sant Antoni Maria Claret a la una y cuarto de la madrugada. Las luces se encienden hacia los bares. Industria 239 es un buen garito para comentar la película y degustar un coñac que sirva de tentempié para la borrachera, que prosigue en el Bar Isern de la Plaza de la Sagrada Familia. Imagino los lugares como en una fotografía donde el negro prevalece con escasos puntos amarillos de paupérrimos faroles y tabernas para los atrevidos. Otro Napoleón. Motor en marcha. Podemos ir a otro. Va, miremos por el Ensanche, no perdemos nada. El automóvil alcanza las estribaciones del Hospital Clínic y la alegría se desvanece con golpes de maza perpetrados por Viñas al entender que no triunfarán en su cometido. La Broto tiene aprecio por Martínez Penas, quizá no se acueste con él, pero agradece su generosidad. Es un caballero. No les permitirá acceder a la codiciada caja de caudales. Las voces comprimen el interior. Brota la sangre, se lucha por el volante. El coche da bandazos y Carmen intenta escapar a la altura de Rosselló con Aribau. Un vigilante nocturno se preocupa y los dos cómplices le cuentan una milonga sobre un hospital privado y se dan a la fuga, o si quieren a su cita con Navarro padre, confiado hasta que descubre la cruda realidad del fiambre femenino y el fracaso absoluto. Son las dos y cuarto de la madrugada. Una hora bastó para terminar con una vida y generar un mito. Lo han matado a dos calle de su tesoro y ahora sólo queda enterrar la prueba del delito en un huerto propiedad de la familia. El trío protagonista deja el vehículo, porque no lo aparca debidamente, en Escorial con Sant Lluís. Su torpeza es manifiesta y huele a derrota, con la maza en el asiento trasero y numerosas manchas de sangre empapando las ventanas. Carmen Broto recibe sepultura en la calle Legalidad, toca su carne con la tierra bien enterrada, sin manos entre hierbajos ni nada tan literario. Se da el pistoletazo de salida hacia la incoherencia del condenado. Navarro padre enloquece, habla con su mujer, se despide y a las cuatro de la mañana un taxista lo halla tendido en el cruce entre Industria y Roger de Flor. Ha ingerido una dosis mortal de cianuro, suicidio con tintes nazis de pacotilla. La misma suerte correrá Viñas dos días más tarde en un hotel de la calle Junta de Comerç con su absurda nota de suicidio de la vida es sueño. Navarro hijo será detenido y vivirá casi hasta nuestros días para tergiversar la historia que protagonizó en primera persona, acto único que suscitará pasiones y desdibujará la narración de un crimen que el contexto histórico, la literatura y el natural morbo de lo negro elevaron a unos altares y polémicas que pretendían hacer de un robo fallido un asesinato con implicaciones de las más altas esferas barcelonesas. Así se creo la leyenda de la Broto, puta de lujo, puta barata, espía de todo color, lesbiana empedernida, embaucadora y lo que ustedes quieran. Con ella, según los cánones de la deformación, se acostaron jerifaltes y obispos, pipiolos y tetudas. El análisis de los acontecimientos desde una perspectiva humana que mira de reojo al mapa de la ciudad permite entender que las cosas eran mucho más sencillas. Tres hombres se unieron por interés que podía resultar. En tiempos de cartillas de racionamiento husmeaban oro puro por el contoneo de esa rubia platino del abrigo de astracán y las alhajas. Investigaron, dedujeron y optaron por la aventura. Hubiese sido una hazaña delictiva de la que seguramente no hubieran salido indemnes. El misterio que me intriga es el del doble suicidio con el cianuro comprado en la Plaza Rovira, enclave nostálgico de la trama por obra y gracia de Juan Marsé. Una cápsula y adiós. ¿Miedo al fracaso? ¿Temor carcelario? ¿Vergüenza y frustración? ¿Clarividencia del error? Nunca lo sabremos y los espejismos volverán a sobresalir porque esa chica aragonesa mutó de piel para integrarse en la de un personaje que ya es parte de nuestra tradición oral.

jueves, 10 de septiembre de 2009

Matar en Barcelona Bcn Week 78



El crimen del edificio Atalaya



Los idus de marzo del año 44 a. C. amanecieron crispados en casa de Julio César. Durante la noche su mujer soñó que sería asesinado y le previno de asistir a la reunión del Senado. El dictador hizo caso omiso a las súplicas de Calpurnia y encontró la muerte a cuchillazos en la Curia.
El lunes 27 de septiembre de 2004, Anna Permanyer, casada y con 4 hijos, hizo una mueca de disgusto al ver que nadie de su familia podía acompañarla al edificio Atalaya, situado en el número 523 de la avenida Diagonal. Tenía concertada una reunión con Carmen Badía, a quien alquilaba un apartamento en el piso 18, donde pensaba ir a vivir cuando se jubilase. Desconfiaba de su inquilina, quien pagaba su cuota con retraso. Aún así el conserje del rascacielos la vio a las seis de la tarde, hora de la reunión, mientras esperaba la llegada del ascensor.
El 7 de octubre de 2004 unos operarios encontraron su cuerpo en un bosque de Sitges, cerca de las bodegas Güell. Estaba envuelto por una primera capa de plástico verde y atado con un cable de color rojo. Pese al estado de evidente descomposición del cadáver, podían constatarse signos de violencia. El mismo día, cerca de una discoteca de Molins de Rei, fueron arrestados dos jóvenes paraguayos que hostigaban a la familia de la víctima pidiendo un rescate de cien mil euros.
¿Caso resuelto?
Hay asesinos que se creen demasiado listos, la muerte les da una falsa sensación de seguridad, se confían y cometen errores. El 15 de octubre de 2004 se incendió un piso vacío situado en la undécima planta del edificio Atalaya. Carmen lo había alquilado tiempo atrás. El fuego fue provocado. Una semana más tarde la única sospechosa presentó en la Jefatura Superior de Policía un contrato de arras a fecha 10 de septiembre de 2004 por el que Permanyer cedía su apartamento 18-J, un trastero y un parking a la hija, menor de edad, de Badía. Mucho dinero, demasiado para la capacidad económica de una mujer de 47 años con un pasado plagado de claroscuros. En 1998 fue acusada de contratar a dos sicarios para que asesinaran a su marido, propietario de un camping en La Seu d’Urgell. La encarcelaron nueve meses y salió en libertad por ausencia de pruebas.
El cerco se estrechaba. El 29 de noviembre de 2004 simuló, con la ayuda del octogenario Joan Sesplugues, una agresión en la Sierra de Collserola. Llegó 2005. La familia de la víctima recibió varios anónimos. La policía pinchó teléfonos. La probable asesina y una amiga hablaban jocosamente del crimen, dejaban pistas orales, detalles del asesinato que sólo conocían aquellos con acceso al secreto de sumario. A veces hasta confundir una manta por una sábana puede ser fatal.
El 5 de septiembre de 2005 una triple operación policial en Salou, Lleida y Huesca permitió la detención de Carmen Badía, Joan Sesplugues y Anabel Toyas. El único hombre del grupo tenía todas las de perder al localizarse un pelo con su ADN en el tórax de la víctima y una pata de cabra, una barra de hierro, en el maletero de su coche.
El juicio acabó por desvelar una trama que se pretendía, como casi siempre, perfecta. Anna Permanyer sube al ascensor y llama al timbre de su inquilina, quien le dice de ir a la undécima planta. Parece lo más probable pues en el apartamento donde se concertó la cita no se encontraron pruebas. Ya en el lugar del crimen, Badía, ayudada por Sesplugues, obliga a la psicóloga a firmar el contrato de arras, algo que los grafólogos demostraron en el juicio al notar trazas inusuales en la firma de la asesinada, quien después de estampar su rúbrica fue golpeada seis veces en el cráneo con un objeto contundente. No pudo defenderse. Sentada e inconsciente recibió muerte cuando la asfixiaron colocándole tres bolsas de plástico en la cabeza. Trasladaron el cuerpo a Sitges por la distancia y porque Badía tenía un apartamento en esa localidad del Garraf. El fuego del 15 de octubre quiso eliminar las pruebas del delito, pero los restos de la sábana bajera de color azul, iguales a las que envolvían el cadáver, hablaron.
Carmen Badía y Joan Sesplugues fueron condenados en abril de 2008 a 24 años de cárcel por asesinato y extorsión. La corpulenta carnicera Anabel Toyas quedó absuelta por insuficiencia de pruebas en su contra al demostrar la práctica imposibilidad de encontrarse en Barcelona el día de los sucesos al trabajar en un supermercado de Fraga.



JORDI COROMINAS I JULIÁN

Ilustración de Nil Bartolozzi bartolozzinil.blogspot.com

martes, 8 de septiembre de 2009

Matar en Barcelona en Com Radio


Ayer Ana S. Pareja y servidor fuimos a Com radio por la tarde para que nos entrevistara Olga Vallejo. Para quien estuviera atareado en ese momento os dejo el Podcast para que vayáis abriendo boca antes de la publicación del libro el próximo lunes 14 de septiembre.


El link: http://blocs.lamalla.cat/bloc/extraradi/post/matar_a_barcelona

viernes, 4 de septiembre de 2009

Looking for Carmen Broto en Revista de Letras



Looking for Carmen Broto
Por Jordi Corominas i Julián | Destacados | 1.09.09


Llegué ayer a Barcelona y mi mayor temor era sucumbir a sus vicios, velocidades y hábitos laborales insanos como, ¿qué hacéis que no salís a la calle?, pasar horas en el ordenador entre correos y otras útiles estupideces contemporáneas. La primera medida terapéutica fue salir y pasear con una mínima lógica, optando, ante la inminente publicación de Matar en Barcelona, por recorrer los lugares del crimen de Carmen Broto, homicidio engrandecido por lo sórdido de la posguerra y el uso literario que le dio Juan Marsé en su espléndida e imprecisa novela Si te dicen que caí.

Bajé en el Metro de Verdaguer con ansías solares después de la sana y resfriada sesión de aire acondicionado en los vagones. Dejé atrás la estatua de caperucita roja y encaminé mis pasos hacía el Bar Alaska, a escasos metros del inmueble de nuestra protagonista, de la que convendría decir algo antes de seguir con nuestro itinerario. Carmen Broto nació en 1922 en un pueblo aragonés y la Ciudad Condal la recibió en 1940; era rubia, se peinaba a lo Verónica Lake y era atractiva para los cánones de su época, tiempo de penurias donde ella tuvo la suerte de intimar con el empresario Martínez Penas, propietario del céntrico teatro Tívoli, quien le prestaba alhajas y le regalaba pañitos para que luciera más. La chica le acompañaba a los toros y a los grandes saraos, pero disfrutaba más yendo a bares de toda la vida. Uno de ellos era el Alaska, ubicado en una esquina de Paseo San Juan. El establecimiento es un clásico que aun llena su terraza entre parroquianos y turistas.

Carmen bebía, tonteaba y se reunía con sus amigos y conocidos, y no es de extrañar que así fuera, pues se halla a escasos diez metros de la que era su residencia, en Sant Antoni Maria Claret 16, un piso que os recomiendo visitar de noche para sentir un cierto olor a crimen; fue en ese portal, elegante con un toque siniestro, donde Jesús Navarro hijo e Joaquín Viñas la recogieron el lunes 11 de enero de 1949 a a la una de la mañana. Dicen que Navarro y la víctima eran amantes, también dijeron de Carmen mil cosas, era de todo en la viña del señor: Lesbiana, espía, prostituta de lujo, puta barata, amante de un empresario…la literatura y el estruendo que causó el asesinato la transformaron en mito. Ese día los dos compinches intentaron emborracharla en dos bares y luego, en una peculiar maniobra que tiene su explicación, dirigieron el coche que alquilaron al señor Sert, empresario homosexual liado por dinero con Navarro, hacia el Hospital Clínic. En ese punto Viñas propinó varios golpes de maza a la Broto. La pobre intentó defenderse y salió del automóvil, inútil intento salvado por los malhechores al explicar al vigilante nocturno que esa mujer ensangrentada recibiría cura y atenciones en un centro privado. Se salieron con la suya y les costó caro, pues el verdadero objetivo del golpe era robar la caja de caudales de Martínez Penas, residente en Aribau 139, para que el padre de Navarro, famoso espadista, hábil con cualquier cerradura, la abriera. ¿Joyas? ¿Para que? Después del suceso la policía tasó ese oro superfluo y lo valoró escasamente. La leyenda del caso ha ocultado durante décadas una verdad evidente que esclarecieron con ahínco periodístico los periodistas Manuel Trallero y Josep Guixà en su libro La invención de Carmen Broto, obra que desde la objetividad y una agridulce sorna para con los que trataron el tema con anterioridad alcanza una especie de verdad creíble que esclarece los avatares del asunto.

Lo que no sabemos es porqué los tres tristes tigres dejaron el coche manchado de plasma en Escorial con Encarnació, vehículo que Juan Marsé vio a la mañana siguiente cuando se dirigía a trabajar como aprendiz de joyería. Trallero y Guixà intentan cargarse al gran escritor por encontrarse su lugar de trabajo unas calles más arriba, en la calle Sant Salvador 90. Tenía 16 años, su casa hacia esquina con Escorial y es más que posible que viera a lo lejos una multitud curiosa y decidiera acercarse. El domicilio del novelista es bello externamente, dando sensación de edificio medio rural restaurado en el siglo XX.

De la calle Martí 104 decidí avanzar hasta la casa de los Navarro. Ahora mismo no hay nada en el número 99 de Encarnació. Subiendo diez metros llegamos al punto crucial del relato, Alegre de Dalt con Legalitat, donde los Navarro poseían un huerto en el que enterraron a la aragonesa. ¿Riquezas materiales? O eran tontos o eran muy conscientes de su fracaso. La depositaron en su anormal nicho con el abrigo de astracán, y eso entonces era, maldito medio pareado, un dineral. Fracasaron con la caja y la pifiaron, no hay más, no rebusquen en los huesos diseminados por la capital catalana. La sepultaron, por decirlo suavemente, a las 2:15 de la madrugada y Navarro padre se suicidó con cianuro poco antes de las cuatro, momento en que un taxista localizó su cuerpo en Industria con Roger de Flor. Viñas hizo lo mismo, aunque en un hotelito de la calle Junta de Comerç, días más tarde.

El sitio donde la Broto halló eterno reposo puede ser la escuela que apreciamos en la fotografía, más que nada porque los otros edificios conservan ese estilo típico del bloque de piso barcelonés construido durante y en los años posteriores al franquismo. Otra opción seria la gasolinera que se lucra los viernes y el sábado aprovechando su vecindad con el KGB.

Pensar los lugares de un crimen setenta años después es arriesgado; sin embargo quien escribe es de la creencia que el espacio determina nuestro comportamiento y sabe guardar las pequeñas esencias de los acontecimientos acaecidos, como si fuera un pequeño dios sabelotodo que se ríe de nosotros por nuestra inercia caminante, exenta de mirar hacia arriba y nula en preguntas que la cotidianidad clama al ser consciente que en cada pequeña tesela de nuestro mosaico podemos fabricar y descubrir un sinfín de historias sin necesidad de un monumento.

http://www.revistadeletras.net/looking-for-carmen-broto/

martes, 1 de septiembre de 2009

Especial Matar en Barcelona: Carmen Broto (II)









Guía turística básica del crimen de Carmen Broto

La tercera parte del especial será un paseo por los lugares del crimen, pero antes conviene conocerlos….

¿Subes a tomar un café? Residencias de los protagonistas y trabajo, que de algo hemos de vivir.

Carrer Sant Antoni Maria Claret 16: Segundo domicilio barcelonés de Carmen Broto, justo al lado de Paseo San Juan. Anteriormente la víctima vivió en el número 3 del Carrer de Muntaner y cabe la posibilidad que en 1940 residiera en el número 240 del Carrer de Marina.

Carrer Encarnació 99: Donde residían Jesús Navarro, padre e hijo, lugar donde el progenitor del vivales tenía su tienda de cerrajería y otras perlas.

Carrer Parlament 14: Residencia de Jaime Viñas, cómplice en el asesinato que se suicidó en el Hotel Principal, situado en el Carrer junta de comerç número 8. Su nota de despedida era muy literaria: “Soy inocente. No se culpe a nadie de mi muerte. La vida es sueño”. Y los sueños, sueños son.

Carrer Mallorca 95: Dirección de la panadería donde trabajaba el pobre Viñas.

Carrer Aribau 139:
Este edificio se conocía popularmente como La Catedral de la Leche, y no penséis mal. En Aribau con Córcega se desviaban los tranvías hacia Sarriá y los taxistas se referían a ese punto con el nombre eclesiástico lácteo que hemos mencionado, donde casualmente se encontraba el número 139, donde en 1940 se cometió un escabroso crimen que acabó con la pobre María Soler Vives medio decapitada; asimismo el inmueble fue famoso por ser una especie de residencia de muchas queridas de alto estanding, pero a nosotros nos interesa porque en uno de sus apartamentos vivía Martínez Penas, el amante oficial de Carmen Broto, su protector.

Lugares previos al crimen, vamos al cine y a beber. ¿Te apuntas?


Roger de Llúria 115: Dirección donde se encontraba el cine Metropol, donde Carmen Broto fue a ver la película Alma en suplicio de Michael Curtiz, basada en una novela de James. M. Cain. Joan Crawford ganó el Oscar por su interpretación. La víctima la vio pocas horas antes de morir.

Calle Industria 239: Donde estaba ubicado el primer bar donde Carmen y dos de sus asesinos, Jesús y Joaquín, fueron a tomar alguna que otra copita. Querían emborracharla, algo muy complicado tratándose de la Broto, mañica y con saque. Por cierto, no lo busquéis, en 1949 los números estaban a la inversa que hoy en día, al menos en Industria.



Plaça de la Sagrada Familia número 5: Dirección donde estaba ubicado el Bar Isern, segunda parada de copeo en esa noche criminal.

Bar Alaska: En un chanflán de Paseo San Juan, bonito pareado. Era el bar donde la Broto era parroquiana, el lugar emblemático, pero había más que no menciono, de su agitada vida.

Hospital Clinic a la altura de Provença: El coche con los chicos y la Broto paró en este punto. Carmen salió del coche intentado escapar de sus asesinos y estos dijeron al vigilante del Hospital que la llevaban a una clínica privada. Éramos ingenuos de narices en 1949, quizá aún lo somos. ¿O no?
Carrer Escorial con Encarnació: Lugar donde los asesinos dejaron el coche, manchado de sangre hasta los topes. En su interior se encontraba la maza con la que mataron a la pobre Carmen Broto. El modelo era un Ford Sedán, en esos tiempos nunca se hubiese tolerado un Mitshubishi pajero, en los nuestros tampoco, pues le cambiaron el nombre.

Llevarla al huerto

Carrer Legalitat con Alegre de Dalt: Punto exacto donde se hallaba el huerto, propiedad de Jesús Navarro Gurrea, en que enterraron a la víctima. Estaba muy cerca de la casa de dos de los asesinos, todo es mirar el mapa, donde también veréis la cercanía de la Plaza Rovira, donde estaba situada la droguería en la que Viñas y Navarro padre compraron el cianuro que más tarde usaron para suicidarse.

Hay muchos puntos de interés, pero no pretendo ser exhaustivo. Dedicaré la última entrega del especial a proporcionaros una bibliografía con algunos libros de interés sobre el tema.


Fotos by Jordi Corominas i Julián

1.- La Calle Legalidad

2.- Calle Martí 104, residencia en 1949 de Juan Marsé

3.- La Calle Encarnación 99 en la actualidad, domicilio de Jesús Navarro

4.- Calle Escorial, lugar aproximado en que dejaron el coche manchado de sangre y con la maza

5.- El lugar de crimen en la actualidad

6.- Drogueria de la Plaza Rovira donde Viñas y Jesús Navarro padre compraron el cianuro con que se suicidaron

7.- El Bar Alaska

8.- Domicilio de Carmen Broto